29 diciembre 2008

WBK al aparato

“No sé cómo hay escritores que todavía creen

en la inmortalidad literaria.

Me dan ganas de abofetearlos

para que reaccionen

y salven su vida”


Roberto Bolaño

Roma ayer por la mañana

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Las hormigas se comerán a Roma, está dicho. Entre las lajas andan; loba, ¿qué carrera de piedras preciosas te secciona la garganta? Por algún lado salen las aguas de las fuentes, las pizarras vivas, los camafeos temblorosos que en plena noche mascullan la historia, las dinastías y las conmemoraciones. Habría que encontrar el corazón que hace latir las fuentes para precaverlo de las hormigas, y organizar en esta ciudad de sangre crecida, de cornucopias erizadas como manos de ciego, un rito de salvación para que el futuro se lime los dientes en los montes, se arrastre manso y sin fuerza, completamente sin hormigas.


Julio Cortazar

24 diciembre 2008

1933 en el fondo es igual que hoy

El futurismo ha transformado radicalmente la literatura con las palabras en libertad, la aeropoesía y el estilo palabralibre veloz y simultáneo, eximiendo al teatro del aburrimiento mediante síntesis sorpresa ilógicas y dramas de objetos, magnificando la plástica con el antirrealismo, el dinamismo plástico y la aeropintura, creando el esplendor geométrico de una arquitectura dinámica que utiliza sin decoración y líricamente los nuevos materiales de construcción y el cine y la fotografía abstractos.

El Futurismo en su 2º Congreso nacional ha decidido superar lo siguiente:

Superar el amor por la mujer "con un amor más intenso por la mujer en contra de las desviaciones erótico-sentimentales de muchas vanguardias extranjeras, cuyas expresiones artísticas han caído en el fragmentarismo y en el nihilismo".

Superar el patriotismo "con un patriotismo más ferviente transformado así en auténtica religión de la Patria advirtiendo a los semitas que se identifiquen con sus distintas patrias si no quieren desaparecer".

Superar la máquina "con una identificación del hombre con la máquina misma destinada a liberarlo del trabajo físico y a engrandecer su espíritu".

Superar la arquitectura de Sant’Elia "hoy victoriosa con una arquitectura de Sant’Elia todavía más repleta de color lírico y originalidad en sus descubrimientos".

Superar la pintura "con una aeropintura vivida más intensamente y una plástica polimatérica-táctil".

Superar la tierra "con la intuición de los medios imaginados para realizar un viaje a la Luna".

Superar la muerte "con una metalización del cuerpo humano y la purificación del espíritu vital como fuerza mecánica".

Superar la guerra y la revolución "con una guerra y una revolución artístico-literaria de bolsillo cada década o cada dos décadas a modo de revólver indispensable".

Superar la química "con una química alimenticia perfeccionada con vitaminas y calorías gratis para todos".

Ahora poseemos una televisión de cincuenta mil puntos para cada imagen grande en pantalla grande. Esperamos el invento del teletactilismo, del teleperfume y del telesabor. Nosotros futuristas perfeccionamos la radiodifusión destinada a multiplicar el genio creador de la raza italiana, abolir el antiguo tormento nostálgico de las distancias e imponer por todas partes las palabras en libertad como lógico y natural modo de expresión.

LA RADIA, nombre que nosotros futuristas damos a las grandes manifestaciones de la radio es TODAVIA HOY a) realista b) cerrada en un escenario c) idiotizada por la música que en lugar de desarrollarse en la originalidad y variedad ha alcanzado una repugnante monotonía negra y lánguida d) una imitación excesivamente tímida del teatro sintético futurista y de las palabras en libertad de los escritores de vanguardia.

Alfredo Golsmith de la Radio de Nueva York ha dicho "Marinetti ha inventado el teatro eléctrico. Variados en su concepción los dos teatros tienen un punto de contacto en el hecho de que para su realización no pueden prescindir de un trabajo de integración, de un esfuerzo de inteligencia por parte de los espectadores. El teatro eléctrico requerirá un esfuerzo de imaginación primero de los autores, después de los actores y después de los espectadores".

También los teóricos y los actores franceses, belgas y alemanes de radiodramas vanguardistas (Paul Reboux, Theo Freischinann, Jacques Rece, Alex Surchaap, Tristan Bernard, F.W. Bischoff, Víctor Heinz Fuchs Friedrich, Wolf Mendelssohn etc.) elogian e imitan el teatro sintético futurista y las palabras en libertad, aunque todos están todavía obsesionados por un realismo puro ya superado.

La Radia no debe ser

1) teatro, porque la radio ha asesinado al teatro ya vencido por el cine sonoro.

2) cine, porque el cine está agonizando a) por una temática de rancio sentimentalismo b) por un realismo aún envuelto en ciertas síntesis simultáneas c) por infinitas complicaciones técnicas d) por un colaboracionismo banal y fatídico e) por una luminosidad reflejada inferior a la luminosidad autoemitida de la radiotelevisión.

3) libro, porque el libro tiene la culpa de haber dejado miope a la humanidad, implica algo pesado, estrangulado, ahogado, fosilizado y congelado (sólo vivirán las grandes mesas de palabras libres y luminosas, la única poesía que necesita ser vista).

La Radia suprime

1) el espacio o escenario necesario en el teatro, incluyendo el teatro sintético futurista (acción que se desarrolla en un escenario fijo y estable) y en el cine (acciones que se desarrollan en escenas rapidísimas variabilísimas simultáneas y siempre realistas).

2) el tiempo.

3) la unidad de acción.

4) el personaje teatral.

5) el público entendido como masa juez autoelegido sistemáticamente, hostil y servil, siempre tradicionalista, siempre retrógrado.

La Radia será

1) Libertad desde cada punto de contacto con la tradición literaria y artística. Cualquier tentativa de relacionar la Radia con la tradición es grotesca.

2) Un arte nuevo que empieza donde acaban el teatro, el cine y la narración.

3) Magnificación del espacio. No más visible ni enmarcable, la escena se convierte en universal y cósmica.

4) Recepción, amplificación y transfiguración de vibraciones emitidas por seres vivos, por espíritus vivos o muertos, dramas de estados de ánimo ruidosos sin palabras.

5) Recepción, amplificación y transfiguración de vibraciones emitidas por la materia. Como hoy escuchamos el canto del bosque y del mar mañana seremos seducidos por las vibraciones de un diamante o de una flor.

6) Puro organismo de sensaciones radiofónicas.

7) Un arte sin tiempo ni espacio, sin ayer ni mañana. La posibilidad de sintonizar estaciones emisoras situadas en diversas frecuencias horarias y la pérdida de la luz destruirá las horas el día y la noche. La recepción y la amplificación destruirán el tiempo con las válvulas termodinámicas de la luz y de las voces del pasado.

8) Síntesis de infinitas acciones simultáneas.

9) Arte humano universal y cósmico como voz con una verdadera psicología-espiritualidad de los ruidos de las voces y del silencio.

10) Vida característica de cada ruido e infinita variedad de concreto-abstracto y de real-soñado mediante un pueblo de ruidos.

11) Lucha de ruidos y de diversas distancias esto es un drama espacial unido al drama temporal.

12) Palabras en libertad. La palabra se ha ido desarrollando gradualmente como colaboradora de la mímica y del gesto. Es necesario que la palabra se cargue con toda su potencia esencial y totalitaria que en la teoría futurista se llama palabra-atmósfera. Las palabras en libertad, hijas de la estética de la máquina, contienen una orquesta de ruidos y de acordes ruidosos (realistas y abstractos) que sólo pueden ayudar a la palabra coloreada y plástica en la representación fulgurante de lo que no se ve. Si no desea recurrir a las palabras en libertad el radiasta debe expresarse en ese estilo palabralibre (derivado de nuestras palabras en libertad) que ya circula en las novelas vanguardistas y en los periódicos, ese estilo palabralibre típicamente veloz destellante, sintético y simultáneo.

13) Palabra aislada, repeticiones de verbos en infinitivo.

14) Arte esencial.

15) Música gastronómica, amorosa, gimnástica, etc.

16) Utilización de ruidos, de sonidos, de acordes, de armonías, simultaneidades musicales o ruidosas de silencios, todos con sus graduaciones de dureza in crescendo y in decrescendo que se convertirán en los extraños pinceles para pintar, delimitar y colorear la oscuridad infinita de la Radia dando cubicidad, redondez esférica, en definitiva geometría.

17) Utilización de las interferencias entre las emisoras y del nacimiento y de la evanescencia de los sonidos.

18) Delimitación y construcción geométrica del silencio.

19) Utilización de las distintas resonancias de una voz o de un sonido para dar el sentido de la amplitud del local dónde la voz se expresa.
Caracterización de la atmósfera silenciosa o semisilenciosa que envuelve y colorea una determinada voz/sonido/ruido.

20) Eliminación del concepto o fascinación del público que ha padecido una influencia deformante y perniciosa por el libro.

LA RADIA (1933) : F. T. MARINETTI y PINO MASNATA

18 diciembre 2008

ReBueno... al menos juntando letras

ECHE VEINTE CENTAVOS EN LA RANURA (1926)

I
A pesar de la sala sucia y oscura
de gentes y de lámparas luminosa
si quiere ver la vida color de rosa
eche veinte centavos en la ranura.
Y no ponga los ojos en esa hermosa
que frunce de promesas la boca impura.
Eche veinte centavos en la ranura
si quiere ver la vida color de rosa.
El dolor mata, amigo, la vida es dura,
eche veinte centavos en la ranura
si quiere ver la vida color de rosa.

II
Lamparillas de la Kermesse,
títeres y titiriteros,
volver a ser niño otra vez
y andar entre los marineros
de Liverpool o de Suez.

III
Teatrillos de utilería.
Detrás de esos turbios cristales
hay una sala sombría.
Paraísos artificiales.

IV
Cien lucecitas. Maravilla
de reflejos funambulescos.
¡Aquí hay mujer y manzanilla!
Aquí hay olvido, aquí hay refrescos.
Pero sobre todo mujeres
para hombres de los puertos
que prenden como alfileres
sus ojos en los ojos muertos.

No debe tener esqueleto
el enano de Sarrasani,
que bien parece un amuleto
de la joyería Escasany.
Salta la cuerda, sáltala,
ojos de rata, cara de clown
y el trala-trala-trálala
ritma en tu viejo corazón.

Estampas, luces, musiquillas,
misterios de los reservados
donde entrarán a hurtadillas
los marinos alucinados.
Y fiesta, fiesta casi idiota
y tragicómica y grotesca.
Pero otra esperanza remota
De vida miliunanochesca…

V
¡Qué lindo es ir a ver
la mujer
la mujer más gorda del mundo!
Entrar con un miedo profundo
pensando en la giganta de Baudelaire…
Nos engañaremos, no hay duda,
si desnuda nunca muy desnuda,
si barbuda nunca muy barbuda
será la mujer.
Pero ese momento de miedo profundo…

¡Qué lindo es ir a ver
la mujer
la mujer más gorda del mundo!

VI
Y no se inmute, amigo, la vida es dura,
con la filosofía poco se goza.
Eche veinte centavos en la ranura
si quiere ver la vida color de rosa.


Raúl González Tuñón

16 diciembre 2008

Philip K. Vs Hal Hartley


"La elección humana es imposible sin el conocimiento, y la elección adecuada sólo es posible allí donde el conocimiento es completo y está científicamente organizado. Eso es lo que nos diferencia de las bestias."
Confesiones de un artista de mierda, 1.959




PD: Hoy Dick cumpliria 80.

Nuevas Matematicas

elmundo.es:
Las lluvias han provocado el derrumbe de tres plantas de un hotel de dos plantas en Cala Rajada.

12 diciembre 2008

Bolaño, epidemia

Jorge Volpi

El último latinoamericano

Tras una larga enfermedad, Roberto Bolaño murió el 14 de julio de 2003. Ese día, cerca de la medianoche, se volvió inmortal. Cierto: poco antes había empezado a paladear eso que las revistas del corazón llaman las mieles de la fama, o al menos de esa fama lerda y un tanto escuálida a la cual aspira un escritor. Apenas unos días atrás, en Sevilla, donde se aprestaba a leer su casi siempre mal citada o de plano incomprendida conferencia “Sevilla me mata”, él mismo se había apresurado a buscar un ejemplar del periódico francés Libération porque le dedicaba la primera plana de su suplemento, y ya sabemos que para cualquier escritor latinoamericano –y Bolaño, pese a ser el último, lo era– no existe mayor celebridad que los halagos pedantes y un punto achacosos de la izquierda intelectual francesa. Como todo escritor que se respete, Bolaño se reía a carcajadas de las mieles de la fama y se pitorreaba de la izquierda intelectual francesa, pero el sabor almibarado de los artículos y críticas que lo ponían por los cielos endulzó un poco sus últimos días. En resumen: antes de morir, Bolaño alcanzó a entrever, con la ácida lucidez que lo caracterizaba, que estaba a punto, a casi nada, de convertirse en un escritor famoso pero, aunque era consciente de su genio –tan consciente como para despreciarlo–, quizás no llegó a imaginar que muy poco después de su muerte, que también entreveía, no sólo iba a ser definido como “uno de los escritores más relevantes de su tiempo”, como “un autor imprescindible”, como “un gigante de las letras”, sino también como “una epidemia” y como “el último escritor latinoamericano”. Pero así es: murió Bolaño y murieron con él, a veces sin darse cuenta –aún hay varios zombis que deambulan de aquí para allá–, todos los escritores latinoamericanos. Lo digo clara y contundentemente: todos, sin excepción.

Lo anterior podría sonar como una típica boutade de Bolaño, y podría serlo: murió Bolaño y con él murió esa tradición, bastante rica y bastante frágil, que conocemos como literatura latinoamericana (marca registrada). Por supuesto aún hay escritores nacidos en los países de América Latina que siguen escribiendo sus cosas, a veces bien, a veces regular, a veces mal o terriblemente mal, pero en sentido estricto ninguno de ellos es ya un escritor latinoamericano sino, en el mejor de los casos, un escritor mexicano, chileno, paraguayo, guatemalteco o boliviano que, en el peor de los casos, aún se considera latinoamericano. Fin de la boutade.

Bolaño conocía perfectamente la tradición que cargaba a cuestas, los autores que odiaba y los que admiraba, los cuales en no pocas ocasiones eran los mismos. No los españoles (que despreciaba o envidiaba), no los rusos (que lo sacudían), no los alemanes (que le fastidiaban), no los franceses (que se sabía de memoria), no los ingleses (que le importaban bien poco), sino los escritores latinoamericanos que le irritaban y conmovían por igual, en especial esa caterva amparada bajo esa rimbombante y algo tonta onomatopeya, Boom. Cada mañana, luego de sorber un cortado, mordisquear una tostada con aceite y hacer un par de genuflexiones algo dificultosas, Bolaño dedicaba un par de horas a prepararse para su lucha cotidiana con los autores del Boom. A veces se enfrentaba a Cortázar, al cual una vez llegó a vencer por nocaut en el último round; otras se abalanzaba contra el dúo de luchadores técnicos formado por Vargas Llosa y Fuentes; y, cuando se sentía particularmente poderoso o colérico o nostálgico, se permitía enfrentar al campeón mundial de los pesos pesados, el destripador de Aracataca, el rudo García Márquez, su némesis, su enemigo mortal y, aunque sorprenda a muchos –en especial a ese sabelotodo que hace las veces de su albacea oficioso y oficial–, su único dios junto con ese dios todavía mayor, Borges.

Bolaño, cuando todavía no era Bolaño sino Roberto o Robertito o Robert o Bobby –no sé de nadie que lo llamara así, pero da igual–, creció, como todos nosotros, a la sombra de esa pandilla todopoderosa y aparentemente invencible, esos superhéroes vanidosos reunidos en el Salón de la Justicia que montaban en Barcelona o en La Habana o en México o en Madrid o dondequiera que su manager los llevase. Bolaño los leyó de joven, los leyó de adulto y tal vez los hubiese releído de viejo: nombrándolos o sin nombrarlos, cada libro suyo intenta ser una respuesta, una salida, una bocanada de aire, una réplica, una refutación, un homenaje, un desafío o un insulto a todos ellos. Todas las mañanas pensaba cómo torcerle el pescuezo a uno o cómo aplicarle una llave maestra a otro de esos viejos que, en cambio, dolorosamente, nunca lo tomaron en cuenta o lo hicieron demasiado tarde.

Si hemos de pecar de convencionales, convengamos con que la edad de oro de la literatura latinoamericana comienza en los sesenta, cuando García Márquez, que aún era Gabo o Gabito, pregunta: ¿qué vamos a hacer esta noche?, y Fuentes, que siempre fue Fuentes, responde: lo que todas las noches, Gabo, conquistar el mundo. Y concluye, cuarenta años más tarde, en 2003, cuando Bolaño, ya siendo Bolaño, se presenta en Sevilla y anuncia, soterradamente, casi con vergüenza, que su nuevo libro está casi terminado, que la obra que al fin refutará y completará y dialogará y convivirá con La casa verde y Terra Nostra y Rayuela y sí, también, con Cien años de soledad, está casi lista, aun si ese casi habrá de volverse eterno porque Bolaño también presiente que no alcanzará a acabar, y menos aún a ver publicado, ese monstruo o esa quimera o ese delirio que se llamará, desafiantemente, 2666.



Todos somos Bolaño

Somos una pandilla de escritores jóvenes, o más bien de escritores un tanto traqueteados, incluso viejos o casi decrépitos, aunque sí bastante inmaduros, todos menores de cuarenta años, reunidos en otro congreso de escritores jóvenes –jóvenes por decreto, insisto–, en la fría y acogedora ciudad de Bogotá. Treinta y ocho escritores (falta uno de los invitados) listos para discutir sobre un tema soso y vano como el futuro de la literatura latinoamericana, signo evidente de que los organizadores del encuentro no saben que, desde la muerte de Bolaño, la literatura latinoamericana ya no tiene futuro sino sólo pasado, un pasado bastante elocuente y rico, todo hay que decir. Los treinta y ocho que estamos allí, en Bogotá, admiramos la ciudad y admiramos la forma de bailar de las chicas locales –tarea muy bolañesca– y, mientras tomamos mojitos y aguardientes, nos comportamos como colegiales, quizás porque desearíamos ser colegiales. Ajeno a nuestra apatía, el público insiste en preguntarnos por el futuro de la literatura latinoamericana, por su presente (que en teoría encarnamos), y por los rasgos que nos diferencian de nuestros mayores, es decir de los escritores latinoamericanos que tienen más de treinta y nueve años, once meses y treinta días. Nos miramos los unos a los otros, confundidos o más bien perplejos de que a alguien le preocupe semejante tema, procuramos no burlarnos –a fin de cuentas somos los invitados, el presente y el supuesto futuro de la literatura latinoamericana–, y respondemos, a media voz, lo más educadamente posible, que no tenemos la más puñetera idea de cuál es nuestro futuro y que hasta el momento no hemos encontrado un solo punto común que nos una o amalgame o integre –fuera de nuestro amor por Bogotá y por los mojitos–, pero como a nadie le convencen nuestras evasivas, por más corteses que sean, nos esforzamos y al final encontramos un punto en común entre todos, un hilo que nos ata, un vínculo del que nos sentimos orgullosos, y entonces pronunciamos en voz alta, envanecidos, sonrientes para que las fotografías den cuenta de nuestras dentaduras perfectas de escritores latinoamericanos menores de cuarenta, su nombre.

Bolaño, decimos. Bolaño.

El paraguayo admira a Bolaño, los argentinos admiran a Bolaño, los mexicanos admiramos a Bolaño, los colombianos admiran a Bolaño, la dominicana y la puertorriqueña admiran a Bolaño, el boliviano admira a Bolaño, los cubanos admiran a Bolaño, los venezolanos admiran a Bolaño, el ecuatoriano admira a Bolaño, vaya, hasta los chilenos admiran a Bolaño. Poco importa que en lo demás no coincidamos –excepto en nuestra fascinación por los mojitos y el aguardiente–, que nuestras poéticas, si es que tan calamitosa expresión aún significa algo, no se parezcan en nada, que unos escriban de esto y otros de aquello, que a unos les guste encharcarse en la política, y a otros abismarse en el estilo, y a otros nadar de muertito, y a otros hacer chistes verdes o amarillos, y a otros irse por la tangente, y a otros machacarnos con detectives y asesinos seriales, y a otros más darnos la lata con la intimidad femenina o masculina o gay: todos, sin excepción, queremos a Bolaño.

¿Extraño, verdad? Creo que a Bolaño le hubiese parecido aún más extraño, aunque también hubiese aprovechado para darse un baño en las aguas de nuestro entusiasmo, qué le vamos a hacer. Porque lo más curioso es que, en efecto, los escritores que tienen más de treinta y nueve años, once meses y treinta días –con las excepciones de algunos hermanos mayores, en especial el trío de rockeros achacosos formado por Fresán, Gamboa y Paz Soldán– por lo general no admiran a Bolaño, o lo admiran con reticencias, o de plano lo detestan o les parece, simple y llanamente, “sobrevalorado” (su palabra favorita). Si no me creen, vayan y hagan el experimento ustedes mismos: busquen un escritor menor de cuarenta (los encontrarán sin falta en el bar de la esquina) y pregúntenle por Bolaño: más del ochenta por ciento, no exagero, dirá que es bien padre o guay o chévere o maravilloso o genial o divino. Y luego pregúntenle a un escritor mayor de cuarenta (los encontrarán en el bar de enfrente o en un ministerio o en una casa de retiro) y verán que en el ochenta por ciento de los casos tiene algún reparo que hacerle, o varios, o todos. En esta época que detesta las fronteras generacionales, que desconfía de las clasificaciones, de los libros de texto, de los manuales académicos, de los críticos mamones, en fin, en esta época que reniega de esa entelequia que sólo los más bellacos siguen denominando canon, resulta que los menores de cuarenta aman a Bolaño con pasión. Ante un fenómeno que se aproxima a lo paranormal y que posee innegables tintes religiosos –Bolaño para Presidente, God save Bolaño, Bolaño es Grande, Yo ♥ Bolaño– cabe preguntarse, evidentemente, ¿por qué?

La Iliada, Canto XXI, 114

Desfallecieron las rodillas y el corazón del teucro que, soltando la lanza, se sentó y tendió ambos brazos. Aquiles puso mano a la tajante espada e hirió a Licaón en la clavícula, junto al cuello: metióle dentro toda la hoja de dos filos, el troyano dio de ojos por el suelo y su sangre fluía y mojaba la tierra.
Versión de Luis Segalá y Estalella, 1910


Y soltando la pica, desmayado
se asentó y ambas manos extendia
implorando clemencia; pero Aquíles,
desnudando la espada cortadora,
en el cuello le hirió: y hasta el recazo
entró el agudo hierro de dos cortes
y Licaon de espaldas en la arena
extendido quedó, y en ancha boca
vertia roja sangre que regaba
en copioso raudal la verde orilla
.
Versión de José Gómez Hermosilla, 1831.


Perdió del corazon y de los miembros
Toda fuerza y vigor , dejó la lanza
Del magnánimo Aquiles, y en la tierra
Se sentó allí extendiendo las dos manos.
Sacó su aguda espada el fuerte Aquiles,
E hiriéndole en el cuello á la juntura,
Dentro le sumergió toda la espada.
Cayó al suclo extendido boca abajo,
Y la tierra regó con negra sangre.

Versión de Ignacio García Malo, 1827

01 diciembre 2008

Tonto a la una... Tonto a las dos...

-¿Ha leído a Roberto Bolaño?
-No demasiado, por razones un poco... En fin, lamentablemente él ha publicado la mayor parte de su obra en un editorial en la que yo estuve y dejé de estar. Yo terminé un poco mal con esa editorial, tan mal que decidí en un momento dado que no leería más libros publicados ahí.


PD: Seguramente solo leera ya El Pais, escuchara la SER y sino es Alfaguara no me ajunto... lo que hemos de ver a estas alturas...

19 noviembre 2008

A por los USA sin hacer el payaso

“Los escritores actuales no son ya, como bien lo hiciera notar Pere Gimferrer, señoritos dispuestos a fulminar la respetabilidad social ni mucho menos un hatajo de inadaptados sino gente salida de la clase media y del proletariado dispuesta a escalar el Everest de la respetabilidad… No rechazan la respetabilidad. La buscan desesperadamente. Para llegar a ella tienen que transpirar mucho. Firmar libros, sonreír, viajar a lugares desconocidos, sonreír, hacer de payaso en los programas del corazón, sonreír mucho, sobre todo no morder la mano que les da de comer, asistir a ferias de libros y contestar de buen talante las preguntas más cretinas, sonreír en las peores situaciones, poner cara de inteligentes, controlar el crecimiento demográfico, dar siempre las gracias”

Bolaño

10 noviembre 2008

Al final tenia que conectar

Mario Santiago (Ciudad de México, 1953-1998)

Memoria histérica

Y todo comenzó un mal día en que los 2 pilletes se fugaron de su casa,
& el tío barbas de morsa / & la tía que parecía pelota /
-luego bajaría de peso con este de la carestía
y el aumento de trabajo-
tuvieron que dejar de rascarse la barriga
y a ver sin ser gallinas
de que manera se seguían poniendo huevos de oro
con la aparente facilidad con que se sumergen
veintes despostillados en una sinfonola /
y el mal día no fue uno
sino una pirámide humana de requetemalos días,
los embrollos llovían como multiplicación de bugs-bunys
paridos en forma desquiciada por el sombrero de copa
de Mandrake el Mago
-casos de la vida real aunque parezcan sustraídos del
fantasmagórico mundo de los cuentos-;
Alicia tomó nota de la inflación en el país de sus propias pesadillas
Justine copiaba en las hojas amarillas de su diario
-¡Qué vieja es la virtud / Qué Vieja!-
graffitis incendiarios garabateados con adoquín de piedra en los muros de París /
Lesbia habló cosas verdaderamente horribles de Catulo
-que le cojean los hexámetros latinos / que el Sr. Es incapaz
de escupir ondas menos de culebrilla juguetona / & que provoquen
siquiera un aullido leve en las hembras más calientes;
Mientras en Oriente alertados por tanto humo & estropicio en los arrozales
vietnamitas
Tu-Fu clamaba ya sin contestarse: ¿A qué tantas guerras? ¿A qué tantos muertos?
Li-Po, según Pound, se ahogaba de borracho contemplando el desembarco
de una misión más en los cráteres ya no tan apagados en la luna /
Y según cuentan las lenguas nadando en el enredo
los fantasmas de Comala se declararon desde entonces
enemigos a muerte de los yanquis,
el mate de Cortazar también se puso calientito
los demonios no pararon de bailar noches enteras en Macondo
& parecía que avisoraban ya el Asalto prometeico al Cuartel Moncada
disfrazados de hippies & con arm,as que recordaban a Flash Gordon
y la invasión de Mongo

03 noviembre 2008

Andares de los actuales real visceralistas

"De espaldas, mirando un punto pero alejándonos de él, en línea recta hacia lo desconocido."

Supongo que por eso su sombra cada vez es mas grande.

30 octubre 2008

And there are darker regions

The love interest
John Ashbery

We could see it coming from forever,
then it was simply here, parallel
to the day’s walking. By then it was we
who had disappeared, into the tunnel of a book.

Rising late at night, we join the current
of tomorrow’s news. Why not? Unlike
some others, we haven’t anything to ask for
or borrow. We’re just pieces of solid geometry:

cylinders or rhomboids. A certain satisfaction
has been granted us. Sure, we keep coming back
for more—that’s part of the “human” aspect
of the parade. And there are darker regions

penciled in, that we should explore some time.
For now it’s enough that this day is over.
It brought its load of freshness, dropped it off
and left. As for us, we’re still here, aren’t we?


La historia de amor
La vimos venir desde siempre,/luego ya estaba aquí, en línea /con el paseo de aquel día. Para entonces, éramos nosotros /los que habíamos desaparecido, en el túnel de un libro.
Despertando en la madrugada, nos unimos al flujo / de las noticias de mañana. ¿Por qué no? A diferencia / de algunos otros, no tenemos nada que pedir /o que tomar prestado. No somos sino piezas de sólida geometría:
cilindros o romboides. Cierta satisfacción /nos ha sido otorgada. Sí, claro, siempre volvemos /a por más… Es parte del aspecto «humano» /del desfile. Y existen regiones más oscuras
perfiladas, que habría que explorar alguna vez. / Por ahora nos basta con que el día se haya acabado. / Trajo su carga de frescura, la dejó caer / y se marchó. En cuanto a nosotros, seguimos aquí, ¿no es cierto?

27 octubre 2008

Nada cambia eleccion tras eleccion... pais tras pais

"Sólo voy a decir -y todavía no he escrito sobre este tema- que, mientras los demócratas,y en primer lugar Clinton, me repugnan con lo que llamo su 'política de boutique'-un poco aquí, un poco allá, y todo servido con grandes dosis de gilipollez por encima-,los republicanos son una monstruosidad psicótica. Por un lado, son Dios, bandera y familia -aunque pocos de ellos reconocerían a Jesucristo si estuviera haciendo pis en el retrete de al lado-, y un número asombroso no ha servido jamás en las fuerzas armadas ni ha oído una bala, y, como políticos, engañan como conejos a sus esposas y sus familias.
Pero da igual, ¿de qué sirve ser político si uno no puede ganarse la vida siendo un hipócrita?".

Norman Mailer a Sal Cetrano

28 de marzo de 1999

03 octubre 2008

La Multitud - Deseados y Perdidos

So many try to say Not Now,
So many have forgotten how
To say I Am, and would be
Lost, if they could, in history. (1)

Another time. W. H. Auden

Las buenas historias surgen casi siempre de cajas, eso lo tenía muy claro el griego que decidió meter en una caja los males del mundo y en medio de todos, como buen bromista, la esperanza rezongando en el fondo (2).

Yo encontré esta historia en una caja en la habitación del fondo de casa de mi abuelo. Era aquel un cuarto lleno de maderas a medio tallar, restos de esparto y latas oxidadas. El ultimo bastión de mi abuelo, el pequeño fuerte en el que se amontono lo que logro salvar mientras sus hijos ocupaban la casa familiar sembrando orden y funcionalismo. Aquel regreso de los hijos tuvo que ver con el avance de la enfermedad de la vejez. Pero eso que los médicos llaman demencia y que condujo a un hogar estricto y ordenado en el resto de la casa, propicio la creación de un lugar inverso en la habitación del fondo. Cuando mi abuelo no aguantaba mas el orden se escabullía al cuarto del fondo y se encerraba allí a realizar todo tipo de extrañas figuras trenzadas con cáñamo, que era el antiguo oficio familiar.
Decía mi profesor de química que la entropía, la energía del desorden, esta en constante aumento en el universo. Y esa ley siempre se cumple, así que aquella habitación paso a constituir un almacén en el que a base de juntar desordenes estos crecieron, se aparearon y parieron una pequeña caja. Una pequeña caja dentro de la caja que constituía el cuarto, dentro de la caja del piso, de la caja del edificio (3)... como en esas pequeñas muñecas rusas. La caja contenía un montón de libros de poesía y, en el fondo, una colección de revistas viejas. Algunos de los libros tenían escrito el nombre de Adela, preguntando pude, fácilmente, descubrir que se trataba de una prima de mi abuelo que había sido monja clarisa. La verdad es que en principio aquello me pareció poco interesante, a mi los árboles genealógicos siempre me resultaron demasiado sombríos, tapan el sol. Los libros no hicieron sino confirmar mis principios y resultaron un batiburrillo de poetas flojos y temas religiosos cuanto menos discutibles. Pero al fondo estaba la esperanza. Eran doce números de una revista literaria de cabecera La Multitud, impresa en el puerto de Santa Maria entre el año 1934 y el 1935. El lema bajo la cabecera era un sobrio "revista de vanguardia y letras pequeñas" que llamo inmediatamente mi atención, así que las aparte rápidamente del resto de las cosas prescindibles que constituían la herencia de mi abuelo.

De todo esto hace meses y ahora convivo con un montón de fantasmas que pueblan la revista, desaparecidos o exiliados sin rastro. Un grupo de gente que escribió sin pretensión de permanecer y que la Historia, con H mayúscula, borro del mapa y dejo sin etiqueta generacional. Los nombres se repiten de un número a otro, Las portadas siempre son pinturas de Mauro, y dentro en orden variable se suceden Catalina, Pepe Robles, Benjamín López-Obrero, etc...

He empezado a rastrear que fue de todos. Cada nombre ahora es una caja en el cuarto de atrás de mi casa, y en cada caja se van depositando las pistas que encuentro escribiendo una historia con h minúscula. Una sucesión de deseos y pérdidas que se apilan en pequeñas cajas, esperando filtrar hacia el fondo algo de esperanza.



(1) Muchos intentan decir Ahora No, / muchos han olvidado cómo / decir Yo Soy, y se / perderían, si pudieran, en la historia. Otro Tiempo, W. H. Auden. Traducción de Eduardo Iriarte.
(2) Pero la mujer, quitando con las manos la gran tapa de la caja, los esparció y ocasionó penosas preocupaciones a los hombres. Sola allí permaneció la esperanza, en infrangible prisión bajo los bordes de la jarra, y no voló hacia la puerta, pues antes se cerró la tapa de la caja por decisión del portador de la Égida, amontonador de nubes. Trabajos y Días [93-100] Hesiodo. Traducción de Adelaida Martín Sánchez y María Ángeles Martín Sánchez en Alianza Editorial.
(3) El concepto del edificio caja es ampliamente explotado por Mies van der Rohe, especialmente en el pabellón Barcelona, una gran caja que solo alberga un mal: el Horror.

29 septiembre 2008

La Multitud - Octubre 1939

Another Time

For us like any other fugitive,
Like the numberless flowers that cannot number
And all the beasts that need not remember,
It is today in which we live.

So many try to say Not Now,
So many have forgotten how
To say I Am, and would be
Lost, if they could, in history.

Bowing, for instance, with such old-world grace
To a proper flag in a proper place,
Muttering like ancients as they stump upstairs
Of Mine and His or Ours and Theirs.

Just as if time were what they used to will
When it was gifted with possession still,
Just as if they were wrong
In no more wishing to belong.

No wonder then so many die of grief,
So many are so lonely as they die;
No one has yet believed or liked a lie,
Another time has other lives to live.

W. H. Auden




OTRO TIEMPO

Para nosotros como cualquier otro fugitivo,
como las innumerables flores que no pueden enumerar
y todas las bestias que no necesitan recordar,
es hoy donde vivimos.

Muchos intentan decir Ahora No,
muchos han olvidado cómo
decir Yo Soy, y se
perderían, si pudieran, en la historia.

Se inclinan, por ejemplo, con esa elegancia del viejo mundo,
ante una bandera adecuada en un lugar como es debido;
mascullan cual ancianos mientras suben renqueando
sobre lo Mío y lo Suyo y lo Nuestro y lo de Ellos.

Como si el tiempo fuera lo que solían desear
cuando aún estaba dotado de posesión,
como si anduvieran errados
al no desear seguir formando parte.

No es de extrañar, pues, que tantos mueran de pena,
que tantos estén tan solos al morir;
nadie ha creído aún ni apreciado una mentira:
Otro tiempo tiene otras vidas que vivir.


Versión de Eduardo Iriarte
"Canción de cuna y otros poemas

DEP



Gordo, jugaste como un maestro

15 septiembre 2008

Exploradores Temporales

El fin de todas nuestras exploraciones
Será llegar donde empezamos
Y conocer el lugar por primera vez.

T. S. Eliot.

Punto raya Punto Punto

05 septiembre 2008

Falseare la Leyenda

Beberé el líquido que corre con el Nilo,
despojaré de su piel al fornido rinoceronte,
falsearé la leyenda y ésta me pertenecerá,
poseeré los campos de maíz y los quejidos sin motivo,
dividiré el tesoro del pirata para llevármelo entero,
y, llegado el momento,
cuando las ilusiones ahoguen el desengaño,
nada quedará sin ser devuelto
y mi alma os alegrará con una sonrisa.

Pedro Casariego de Cordoba, 1976

Bumbury tambien lo lee... pero no piensa devolver nada:
Esta
vida
demasiado
plácida
me
extingue.
Estas horas
solemnes
sofocan
los incendios
imprudentes
y los papeles
en llamas.
Ansío el
terremoto particular
que alguien
me ha
prometido.

Soy el hombre
delgado
que no flaqueará
jamás.


Autobiografia de Pedro Casariego:
"1955. Nace en Madrid. 1974. empieza a escribir poesía ( ... ). 1976. Se enamora perdidamente de una bella joven de la alta burguesía, que no le corresponde. Desesperado, se abandona en los brazos de las prostitutas de Madrid. 1983. Realiza trabajos temporales como jardinero, vendedor de ukeleles, repartidor de propaganda y de bombonas de butano"

04 julio 2008

Axis of Evil

[Our goal] is to prevent regimes that sponsor terror from threatening America or our friends and allies with weapons of mass destruction. Some of these regimes have been pretty quiet since September the 11th. But we know their true nature. North Korea is a regime arming with missiles and weapons of mass destruction, while starving its citizens.

Iran aggressively pursues these weapons and exports terror, while an unelected few repress the Iranian people's hope for freedom.

Iraq continues to flaunt its hostility toward America and to support terror. The Iraqi regime has plotted to develop anthrax, and nerve gas, and nuclear weapons for over a decade. This is a regime that has already used poison gas to murder thousands of its own citizens -- leaving the bodies of mothers huddled over their dead children. This is a regime that agreed to international inspections -- then kicked out the inspectors. This is a regime that has something to hide from the civilized world.

States like these, and their terrorist allies, constitute an axis of evil, arming to threaten the peace of the world.

George W. Bush. Discurso sobre el estado de la Unión. 29 de enero de 2002


[Nuestro objetivo] es prevenir que regímenes que apoyan al terror amenacen a [Estados Unidos] o a nuestros amigos y aliados con armas de destrucción masiva. Algunos de estos regímenes han estado bastante callados desde el 11 de septiembre. Pero conocemos su verdadera naturaleza. Corea del Norte es un régimen que se está armando con misiles y armas de destrucción masiva mientras mata de hambre a sus ciudadanos.

Irán anda enérgicamente tras estas armas y exporta terror, mientras que unos pocos que no han sido elegidos reprimen el deseo de libertad del pueblo iraní.

Iraq sigue haciendo alarde de su hostilidad hacia [Estados Unidos] y apoyando el terror. El régimen iraquí ha conspirado para desarrollar ántrax, gas nervioso y armas nucleares desde hace más de una década. Éste es un régimen que ya ha utilizado gas venenoso para asesinar a miles de sus propios ciudadanos, dejando cuerpos de madres apiñados sobre sus hijos muertos. Éste es un régimen que aceptó las inspecciones internacionales y luego expulsó a los inspectores. Éste es un régimen que tiene algo que ocultar al mundo civilizado.

Estados como éstos, y sus aliados terroristas, constituyen un eje del mal que se arma para amenazar la paz del mundo.
George W. Bush. Discurso sobre el estado de la Unión. 29 de enero de 2002

26 mayo 2008

El Rayo Verde

"Habéis observado el sol cuando se pone en el horizonte del mar? Sí, sin duda alguna ¿Lo habéis seguido hasta que la parte superior del disco desaparece rozando la línea del horizonte? Es muy posible. Pero ¿Os habéis dado cuenta del fenómeno que se produce en el preciso instante en que el astro radiante lanza su último rayo, si el cielo está completamente despejado y transparente? ¡No, seguramente no! Pues bien, la primera vez que tengas ocasión- ¡se presenta tan raramente!- de hacer esta observación, no será, como podría presumirse un rayo rojo lo que herirá la retina de vuestros ojos, sino que será un rayo verde, pero un verde maravilloso, un verde que ningún pintor puede obtener en su paleta. Un verde cuya naturaleza no se encuentra ni en los variados verdes de los vegetales, ni en las tonalidades de los mares más transparentes. Si existe el verde en el Paraíso, no puede ser mas que este verde, que es sin duda, el verdadero verde de la Esperanza".
Julio Verne

06 mayo 2008

Ocupaciones de la semana




Dedicarle algunos momentos a la relectura:

"No, que nadie me consuele,
que vuela por entre el aire la sombra
y todavía me queda
un poco de memoria."

30 abril 2008

Golfos Apandadores



Desde que Richard Holdem abandono el Ballet Blasico de Moscu para tocar la Balalaika, las cosas no han hecho sino empeorar. Las caras de apuro de los tres golfos lo dicen todo.

07 abril 2008


"Charlton Heston es un axioma (...): por su sola existencia, aporta una definición más precisa del cine que películas como Hiroshima, mon amour o Ciudadano Kane, cuya estética ni ignora ni impugna a Charlton Heston"

Cahiers du Cinéma 1960, Michael Mourlet.

25 marzo 2008

Intermezzo 2 - Mas lectura




" El recolector de boletos se limpiaba los dientes con el cabito de un fósforo.
Usted no es el único, amigo mío, algunos lo pasan peor que usted. Es lo que ocurre en este país.
¡Perro, perro!— Mendel se abalanzó sobre la garganta de Ginzburg y empezó a estrangularlo.- Pedazo de bastardo, ¿no comprendes lo que quiere decir humano?
Lucharon nariz contra nariz. Ginzburg, aunque sus asombrados ojos se le saltaban, comenzó a reír.
No chillarás más. Te convertiré en hielo.
Los ojos se le encendieron de furor y Mendel sintió un frío intolerable que le invadía el cuerpo como una daga helada, haciendo temblar todos sus miembros.
Ahora muero sin ayudar a Isaac.
Se reunió una multitud. Isaac daba alaridos de miedo.
Colgándose de Ginzburg en su última agonía, Mendel vio reflejado en los ojos del recolector de pasajes la profundidad de su terror. Pero vio que Ginzburg, mirándose a sí mismo en los ojos de Mendel, veía reflejarse en ellos el alcance de su propio terrible furor. Contemplaba una trémula, centelleante, cegadora luz que producía oscuridad. "

Idiotas Primero

Bernard Malamud

06 febrero 2008

Intermezzo - Apunte de Lectura


Las luces de Powder Hill titilaban, sus chimeneas humeaban y un cubretapa de inodoro de felpa rosa ondeaban en un tendedero. Visto por algún adolescente fervoroso y vengativo a una distancia improbable que permitiera dominar el campo de golf, se habría dicho que el trozo de felpa era el imprimátur, el sello, el marbete, el estandarte de Powder Hill, detrás del cual marchaban, con ajustados zapatos ingleses, las legiones de insolventes espirituales, propensos a intercambiar esposas, despotricar contra los judíos y pelearse por culpa del alcohol. Malditos sean todos ellos, pensó el adolescente. Malditas sean las luces brillantes que nadie usa para leer, maldita la música constante que nadie escucha, malditos los pianos de cola que nadie sabe tocar, malditas las casas blancas hipotecadas hasta los canalones para la lluvia, malditos sean todos ellos por robar los peces al océano para alimentar a los visones cuyas pieles visten y malditas sus bibliotecas donde reposa un único libro: un ejemplar de la guía telefónica, encuadernado en brocado rosa. Maldita sea su hipocresía, malditos sus tópicos, malditas sus tarjetas de crédito, maldita su manera de descartar lo salvaje del espíritu humano, maldita su pulcritud, maldita su lascivia y malditos ellos, por encima de todo, por haber extirpado de la vida esa fuerza, esa hediondez, ese color y ese fervor que le dan sentido. Gritos, gritos y más gritos.

Pero el adolescente, como sucede siempre con los adolescentes, se habría equivocado. Pensemos en los Wickwire, por ejemplo, por delante de cuya casa blanca (precio estimado de reventa: 65.000 dólares) pasaban en ese momento Hazzard y el viajero. Si el adolescente hubiese querido atacar las costumbres sociales de Powder Hill, los Wickwire habrían sido un blanco espléndido. Eran encantadores, brillantes, eran incandescentes, y su agenda estaba totalmente llena desde el primer lunes de septiembre hasta la fiesta del Cuatro de Julio. Eran literalmente trabajadores sociales -celebrantes-, que usaban su encanto y su brillo para hacer funcionar las cosas en el plano social. Eran gente que comprendía que los cócteles y las cenas, en su momento y en su lugar, eran tan importantes para el bienestar de la comunidad como las reuniones electorales, la comisión escolar o los servicios municipales. Para una comunidad que tenía tan pocos altares -cuatro, para ser exactos- y ninguno sacrificial, ellos parecían haber improvisado, como celebrantes serios y abnegados, uno sobre el que literalmente se dejaban parte de su carne y de su sangre. Continuamente se caían por las escaleras, se golpeaban con las esquinas afiladas de los muebles y se metían en las zanjas con el coche. Cuando llegaban a una fiesta, iban impecablemente vestidos, pero con el brazo derecho en cabestrillo. Él apoyaba la pierna coja en un bastón de empuñadura dorada y llevaba gafas oscuras. Ella se había torcido el brazo en una caída. Él se había roto la pierna en invierno y las gafas oscuras disimulaban un ojo amoratado con los emocionantes rojos y violetas de la luna de las últimas noches invernales, sepultada entre las nubes y observada por algún joven desconcertado y anhelante. El brillo de los Wickwire no quedaba menoscabado por sus lesiones. De hecho, casi siempre aparecían con algún miembro en cabestrillo, una extremidad vendada o un despliegue de apósitos adhesivos.

Su brillo, su ardor como celebrantes, es algo serio. Después de cualquier fin de semana corriente, al cabo de tres días seguidos de comer y cenar fuera, la seriedad de su papel se aprecia particularmente cuando la luz del lunes por la mañana resplandece sobre ellos mientras duermen. Cuando suena el despertador, él lo confunde con el teléfono. Como sus hijos están internos en un colegio, deduce que uno de ellos habrá enfermado o tendrá algún problema. Cuando, comprende que es el despertador y no el teléfono, pone los pies en el suelo. Gruñe. Blasfema. Se pone en pie. Se siente hueco, pero sólo recientemente vaciado de sus vísceras, por lo que aún puede recordar cómo era tener el pellejo lleno de conductos y órganos vitales. Ella gime de dolor y se tapa la cara con una almohada. Con la sensación de ser una cavidad dolorida, él baja por el pasillo hasta el baño. Se mira al espejo y deja escapar un grito agudo de horror y repulsión. Tiene los ojos rojos, el rostro surcado de arrugas y su pelo claro parece torpemente teñido. Por un momento, posee la curiosa potestad de asustarse a sí mismo. Se moja la cara y se afeita la barba, lo que agota sus energías. Vuelve por el pasillo al dormitorio, dice que cogerá el tren más tarde, se mete otra vez en la cama y se tapa la cara con las mantas para dejar fuera la mañana. Ella gimotea y llora; después abandona la cama, con el camisón levantado sobre su atractivo trasero. Va al baño, pero cierra los ojos cuando pasa junto al espejo. Cuando vuelve a la cama, se cubre la cara con una almohada y los dos se quedan ahí, quejándose en voz alta. Después, él se reúne con ella en su lado de la cama y ambos emprenden una ardua faena de amor que los ocupa durante veinte minutos y les deja una jaqueca abrumadora. Él ya ha perdido el tren de las 8.11, el de las 8.22 y el de las 8.30.

-Café- masculla, y vuelve a levantarse de la cama.

Baja la escalera a la cocina. Cuando entra, deja escapar otro grito de dolor al ver las botellas vacías en la repisa junto al fregadero.

Están alineadas como dioses en algún panteón del remordimiento. Su grave circunspección parece forzarlo a caer de rodillas, como para extraerle alguna plegaria: “Cascos vacíos, ¡Oh, cascos vacíos!, misericordiosos cascos vacíos, tened piedad de mí, en nombre de Jack Daniels y de las destilerías Seagram.” Su inmutable vacío les confiere un aspecto cruel y censurador. Sus etiquetas -whisky, ginebra y bourbon- poseen la ferocidad de los demonios chinos, pero él tiene la clara sensación de que, si intentara apagarlos con una genuflexión, serían despiadados. Los echa en el cubo de la basura, pero eso no acaba con su poder. Pone agua a hervir y, palpando las paredes como un ciego, vuelve al dormitorio, donde oye los gritos de dolor de su mujer.

-¡Oh, ojalá estuviera muerta! -solloza ella-. ¡Ojalá estuviera muerta!

-Ya, ya, cariño -dice él con voz ronca.

Saca un traje limpio, una camisa, una corbata y unos zapatos, vuelve a meterse en la cama y se tapa la cara con las sábanas. Ya son casi las nueve y hay mucha luz en el jardín. Oyen el autobús escolar, en la esquina, llamando con el claxon al niño de los Marsden. La semana ha iniciado su espléndida procesión de días. La tetera empieza a silbar.

Se levanta de la cama por tercera vez, vuelve a la cocina y prepara el café. Lleva una taza para cada uno. Ella se levanta, se lava la cara sin examinarla y vuelve a la cama. Él se pone la ropa interior y también vuelve a la cama. Durante la hora siguiente, se levantan y se acuestan, entran y salen, luchan por reintegrarse a la corriente de las cosas, hasta que finalmente él se viste y, atormentado por el vértigo, la melancolía, las náuseas y unas erecciones intermitentes, aborda su Getsemaní: el tren de las 10.48, lunes por la mañana.

No había la menor hipocresía en los lunes por la mañana de los Wickwire, por mucho que le pese al adolescente.

BULLET PARK
John Cheever
Traducción de Claudia Conde

Nota 1: Foto de Pompeya. Cualquier ciudad vista con la suficiente distancia temporal, espacial o emocional parece un monton de ruinas de una gran civilizacion que, de puertas a dentro, era simplemente igual que cualquier Suburbio.

Nota 2: Decir Cheever en español es decir: El Ladron de Shady Hill

15 enero 2008

Prologo

Toda historia comienza delante de una puerta, al menos eso creen los personajes de esta.



Algunos lo creen por induccion, porque su mentor se lo dijo una vez, cuando aun eran jovenes y creian que habia gente sabia.
Otros lo creen por instinto, por que a veces cuando cruzan una puerta se les eriza el pelo de la nuca y sienten cambios en el aire.
Los habra que creen en la experiencia y recuerdan algunas puertas por las que entraron, y que al salir ya no eran los mismos.

Cada personaje tiene su aproximacion a la realidad que forma la puerta.
Cada personaje espera algo al atravesarla, pretende objetivos.

Todos los personajes mediran resultados al cruzar la puerta.
Todos los personaje estan equivocados.
Yo el primero.

14 enero 2008

Urbanismo en las Arrugas

Un objeto punzante en la mano



Vuelta de vacaciones a ninguna parte, un sitio altamente recomendable, especialmente su parque tematico Beckett. Tiene una noria gigante y, cuando estas en lo mas alto, se para un largo rato. Entonces el tipo que se subio contigo en la pequeña cabina, ese que aun no habias visto se levanta, mira por las rejas de la cabina y dice: "Mi verdadero hogar es ningun lugar hasta donde logro ver"

Vuelta de vacaciones con el que empezamos, aunque no respire sigue vivo.

"Detrás de la barba de Ángel González, además de un mentón corto, se esconde la imprudencia más precavida que pueda conocerse. Los acontecimientos de la historia lo sorprendieron desde muy pronto en lugares propicios a las grandes borrascas o a las sequías aniquiladoras. Por voluntad o por fortuna, otros individuos pasan sus vidas en zonas templadas, amparados por la caridad de unos elementos atmosféricos que se comportan como perros falderos. La buena lluvia, el sol suave, la brisa primaveral, facilitan mucho las rutinas de la existencia. Ladran alguna vez, pero no muerden. La cuestión es que Ángel prefiere los gatos a los perros, y desde muy niño se acostumbró a que la historia se encontrara con él a la intemperie."
Fragmento del arranque de la biografía de Ángel González que prepara Luis García Montero

No puedo evitar pensar en como le quedaria una barba al tipo de la foto, pero el no tenia un menton que ocultar, ni precauciones con la imprudencia. Lo narran sus arrugas, las que recontamos, tratando de saber cuanto tiempo estuvimos fuera mirando codigos de barras en la pared de la habitacion 604, mientras los autobuses aquietaban el silencio y la luz de la luna alimentaba las bombillas de las farolas.


CASCANDO

1

por qué no meramente no esperar
la ocasión de
desahogarse

no es mejor abortar que ser estéril

son tan opresivas las horas cuando te vas
siempre empiezan a arrastrar demasiado pronto
las dragas arañando ciegamente el lecho de privación
rescatando los huesos los viejos amores
cuencas una vez llenas con ojos como los tuyos
siempre es mejor demasiado pronto que nunca
la negra ausencia salpicando las caras
diciendo otra vez nueve días nunca flotó lo amado
ni nueve meses
ni nueve vidas


2

diciendo otra vez
si no me enseñas no aprenderé
diciendo otra vez hay una última
incluso de las últimas veces
las últimas veces de pedir
las últimas veces de amar
de no saber de simular
una última incluso de las últimas veces de decir
si no me amas no seré amado
si no te amo no amaré

palabras rancias batiéndose de nuevo en el corazón
amor amor el golpeteo de la vieja paleta
machacando el suero inalterable
de las palabras

aterrado otra vez
de no amar
de amar y tú no
de ser amado y no por ti
de saber no saber simular
simular

yo y todos los otros que te amen
si te aman


3

a menos que te amen


(Version de Gerardo Gambolini)