Las luces de Powder Hill titilaban, sus chimeneas humeaban y un cubretapa de inodoro de felpa rosa ondeaban en un tendedero. Visto por algún adolescente fervoroso y vengativo a una distancia improbable que permitiera dominar el campo de golf, se habría dicho que el trozo de felpa era el imprimátur, el sello, el marbete, el estandarte de Powder Hill, detrás del cual marchaban, con ajustados zapatos ingleses, las legiones de insolventes espirituales, propensos a intercambiar esposas, despotricar contra los judíos y pelearse por culpa del alcohol. Malditos sean todos ellos, pensó el adolescente. Malditas sean las luces brillantes que nadie usa para leer, maldita la música constante que nadie escucha, malditos los pianos de cola que nadie sabe tocar, malditas las casas blancas hipotecadas hasta los canalones para la lluvia, malditos sean todos ellos por robar los peces al océano para alimentar a los visones cuyas pieles visten y malditas sus bibliotecas donde reposa un único libro: un ejemplar de la guía telefónica, encuadernado en brocado rosa. Maldita sea su hipocresía, malditos sus tópicos, malditas sus tarjetas de crédito, maldita su manera de descartar lo salvaje del espíritu humano, maldita su pulcritud, maldita su lascivia y malditos ellos, por encima de todo, por haber extirpado de la vida esa fuerza, esa hediondez, ese color y ese fervor que le dan sentido. Gritos, gritos y más gritos.
Pero el adolescente, como sucede siempre con los adolescentes, se habría equivocado. Pensemos en los Wickwire, por ejemplo, por delante de cuya casa blanca (precio estimado de reventa: 65.000 dólares) pasaban en ese momento Hazzard y el viajero. Si el adolescente hubiese querido atacar las costumbres sociales de Powder Hill, los Wickwire habrían sido un blanco espléndido. Eran encantadores, brillantes, eran incandescentes, y su agenda estaba totalmente llena desde el primer lunes de septiembre hasta la fiesta del Cuatro de Julio. Eran literalmente trabajadores sociales -celebrantes-, que usaban su encanto y su brillo para hacer funcionar las cosas en el plano social. Eran gente que comprendía que los cócteles y las cenas, en su momento y en su lugar, eran tan importantes para el bienestar de la comunidad como las reuniones electorales, la comisión escolar o los servicios municipales. Para una comunidad que tenía tan pocos altares -cuatro, para ser exactos- y ninguno sacrificial, ellos parecían haber improvisado, como celebrantes serios y abnegados, uno sobre el que literalmente se dejaban parte de su carne y de su sangre. Continuamente se caían por las escaleras, se golpeaban con las esquinas afiladas de los muebles y se metían en las zanjas con el coche. Cuando llegaban a una fiesta, iban impecablemente vestidos, pero con el brazo derecho en cabestrillo. Él apoyaba la pierna coja en un bastón de empuñadura dorada y llevaba gafas oscuras. Ella se había torcido el brazo en una caída. Él se había roto la pierna en invierno y las gafas oscuras disimulaban un ojo amoratado con los emocionantes rojos y violetas de la luna de las últimas noches invernales, sepultada entre las nubes y observada por algún joven desconcertado y anhelante. El brillo de los Wickwire no quedaba menoscabado por sus lesiones. De hecho, casi siempre aparecían con algún miembro en cabestrillo, una extremidad vendada o un despliegue de apósitos adhesivos.
Su brillo, su ardor como celebrantes, es algo serio. Después de cualquier fin de semana corriente, al cabo de tres días seguidos de comer y cenar fuera, la seriedad de su papel se aprecia particularmente cuando la luz del lunes por la mañana resplandece sobre ellos mientras duermen. Cuando suena el despertador, él lo confunde con el teléfono. Como sus hijos están internos en un colegio, deduce que uno de ellos habrá enfermado o tendrá algún problema. Cuando, comprende que es el despertador y no el teléfono, pone los pies en el suelo. Gruñe. Blasfema. Se pone en pie. Se siente hueco, pero sólo recientemente vaciado de sus vísceras, por lo que aún puede recordar cómo era tener el pellejo lleno de conductos y órganos vitales. Ella gime de dolor y se tapa la cara con una almohada. Con la sensación de ser una cavidad dolorida, él baja por el pasillo hasta el baño. Se mira al espejo y deja escapar un grito agudo de horror y repulsión. Tiene los ojos rojos, el rostro surcado de arrugas y su pelo claro parece torpemente teñido. Por un momento, posee la curiosa potestad de asustarse a sí mismo. Se moja la cara y se afeita la barba, lo que agota sus energías. Vuelve por el pasillo al dormitorio, dice que cogerá el tren más tarde, se mete otra vez en la cama y se tapa la cara con las mantas para dejar fuera la mañana. Ella gimotea y llora; después abandona la cama, con el camisón levantado sobre su atractivo trasero. Va al baño, pero cierra los ojos cuando pasa junto al espejo. Cuando vuelve a la cama, se cubre la cara con una almohada y los dos se quedan ahí, quejándose en voz alta. Después, él se reúne con ella en su lado de la cama y ambos emprenden una ardua faena de amor que los ocupa durante veinte minutos y les deja una jaqueca abrumadora. Él ya ha perdido el tren de las 8.11, el de las 8.22 y el de las 8.30.
-Café- masculla, y vuelve a levantarse de la cama.
Baja la escalera a la cocina. Cuando entra, deja escapar otro grito de dolor al ver las botellas vacías en la repisa junto al fregadero.
Están alineadas como dioses en algún panteón del remordimiento. Su grave circunspección parece forzarlo a caer de rodillas, como para extraerle alguna plegaria: “Cascos vacíos, ¡Oh, cascos vacíos!, misericordiosos cascos vacíos, tened piedad de mí, en nombre de Jack Daniels y de las destilerías Seagram.” Su inmutable vacío les confiere un aspecto cruel y censurador. Sus etiquetas -whisky, ginebra y bourbon- poseen la ferocidad de los demonios chinos, pero él tiene la clara sensación de que, si intentara apagarlos con una genuflexión, serían despiadados. Los echa en el cubo de la basura, pero eso no acaba con su poder. Pone agua a hervir y, palpando las paredes como un ciego, vuelve al dormitorio, donde oye los gritos de dolor de su mujer.
-¡Oh, ojalá estuviera muerta! -solloza ella-. ¡Ojalá estuviera muerta!
-Ya, ya, cariño -dice él con voz ronca.
Saca un traje limpio, una camisa, una corbata y unos zapatos, vuelve a meterse en la cama y se tapa la cara con las sábanas. Ya son casi las nueve y hay mucha luz en el jardín. Oyen el autobús escolar, en la esquina, llamando con el claxon al niño de los Marsden. La semana ha iniciado su espléndida procesión de días. La tetera empieza a silbar.
Se levanta de la cama por tercera vez, vuelve a la cocina y prepara el café. Lleva una taza para cada uno. Ella se levanta, se lava la cara sin examinarla y vuelve a la cama. Él se pone la ropa interior y también vuelve a la cama. Durante la hora siguiente, se levantan y se acuestan, entran y salen, luchan por reintegrarse a la corriente de las cosas, hasta que finalmente él se viste y, atormentado por el vértigo, la melancolía, las náuseas y unas erecciones intermitentes, aborda su Getsemaní: el tren de las 10.48, lunes por la mañana.
No había la menor hipocresía en los lunes por la mañana de los Wickwire, por mucho que le pese al adolescente.
BULLET PARK
John Cheever
Traducción de Claudia Conde
Nota 1: Foto de Pompeya. Cualquier ciudad vista con la suficiente distancia temporal, espacial o emocional parece un monton de ruinas de una gran civilizacion que, de puertas a dentro, era simplemente igual que cualquier Suburbio.
Nota 2: Decir Cheever en español es decir: El Ladron de Shady Hill
06 febrero 2008
Intermezzo - Apunte de Lectura
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15 enero 2008
Prologo
Toda historia comienza delante de una puerta, al menos eso creen los personajes de esta.
Algunos lo creen por induccion, porque su mentor se lo dijo una vez, cuando aun eran jovenes y creian que habia gente sabia.
Otros lo creen por instinto, por que a veces cuando cruzan una puerta se les eriza el pelo de la nuca y sienten cambios en el aire.
Los habra que creen en la experiencia y recuerdan algunas puertas por las que entraron, y que al salir ya no eran los mismos.
Cada personaje tiene su aproximacion a la realidad que forma la puerta.
Cada personaje espera algo al atravesarla, pretende objetivos.
Todos los personajes mediran resultados al cruzar la puerta.
Todos los personaje estan equivocados.
Yo el primero.
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14 enero 2008
Urbanismo en las Arrugas
Un objeto punzante en la mano
Vuelta de vacaciones a ninguna parte, un sitio altamente recomendable, especialmente su parque tematico Beckett. Tiene una noria gigante y, cuando estas en lo mas alto, se para un largo rato. Entonces el tipo que se subio contigo en la pequeña cabina, ese que aun no habias visto se levanta, mira por las rejas de la cabina y dice: "Mi verdadero hogar es ningun lugar hasta donde logro ver"
Vuelta de vacaciones con el que empezamos, aunque no respire sigue vivo.
"Detrás de la barba de Ángel González, además de un mentón corto, se esconde la imprudencia más precavida que pueda conocerse. Los acontecimientos de la historia lo sorprendieron desde muy pronto en lugares propicios a las grandes borrascas o a las sequías aniquiladoras. Por voluntad o por fortuna, otros individuos pasan sus vidas en zonas templadas, amparados por la caridad de unos elementos atmosféricos que se comportan como perros falderos. La buena lluvia, el sol suave, la brisa primaveral, facilitan mucho las rutinas de la existencia. Ladran alguna vez, pero no muerden. La cuestión es que Ángel prefiere los gatos a los perros, y desde muy niño se acostumbró a que la historia se encontrara con él a la intemperie."
Fragmento del arranque de la biografía de Ángel González que prepara Luis García Montero
No puedo evitar pensar en como le quedaria una barba al tipo de la foto, pero el no tenia un menton que ocultar, ni precauciones con la imprudencia. Lo narran sus arrugas, las que recontamos, tratando de saber cuanto tiempo estuvimos fuera mirando codigos de barras en la pared de la habitacion 604, mientras los autobuses aquietaban el silencio y la luz de la luna alimentaba las bombillas de las farolas.
CASCANDO
1
por qué no meramente no esperar
la ocasión de
desahogarse
no es mejor abortar que ser estéril
son tan opresivas las horas cuando te vas
siempre empiezan a arrastrar demasiado pronto
las dragas arañando ciegamente el lecho de privación
rescatando los huesos los viejos amores
cuencas una vez llenas con ojos como los tuyos
siempre es mejor demasiado pronto que nunca
la negra ausencia salpicando las caras
diciendo otra vez nueve días nunca flotó lo amado
ni nueve meses
ni nueve vidas
2
diciendo otra vez
si no me enseñas no aprenderé
diciendo otra vez hay una última
incluso de las últimas veces
las últimas veces de pedir
las últimas veces de amar
de no saber de simular
una última incluso de las últimas veces de decir
si no me amas no seré amado
si no te amo no amaré
palabras rancias batiéndose de nuevo en el corazón
amor amor el golpeteo de la vieja paleta
machacando el suero inalterable
de las palabras
aterrado otra vez
de no amar
de amar y tú no
de ser amado y no por ti
de saber no saber simular
simular
yo y todos los otros que te amen
si te aman
3
a menos que te amen
(Version de Gerardo Gambolini)
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12 diciembre 2007
Voy a Perderme Unos Dias
Napoleon de Abel Gance
Algun dia contare la verdadera razon por la que Charlotte Corday apuñalo a Marat, mientras este le decia: "A moi, ma chère amie!"
Pero hoy solo me apetece perderme con Antonin, estare con el unos dias fuera.
Temas a tratar:
Allí donde otros proponen obras yo no pretendo otra cosa que mostrar mi espíritu.
La vida es un consumirse en preguntas.
No concibo la obra como separada de la vida.
No amo la creación separada. No concibo tampoco el espíritu separado de sí mismo.
Cada una de mis obras, cada uno de los planes de mí mismo, cada una de las floraciones heladas de mi vida interior echa su baba sobre mí.
Me reconozco tanto en una carta escrita para explicar el encogimiento íntimo de mi ser y la castración insensata de mi vida, como en un ensayo exterior a mí mismo, y que aparece en mí como un engendro indiferente de mi espíritu.
Sufro que el Espíritu no esté en la vida y que la vida no esté en el Espíritu, sufro del Espíritu-órgano, del Espíritu-traducción, o del Espíritu-intimidación-de-las-cosas para hacerlas entrar en el Espíritu.
Yo pongo este libro suspendido en la vida, deseo que sea mordido por las cosas exteriores y antes que nada por todos los sobresaltos en acecho, todas las oscilaciones de mi yo por venir.
Todas estas páginas se arrastran como témpanos en el espíritu. Disculpen mi absoluta libertad. Me rehuso a hacer diferencias entre cada uno de los minutos de mí mismo. No reconozco el espíritu planificado.
Es necesario terminar con el Espíritu como con la literatura. Digo que el Espíritu y la vida se comunican en todos lo grados. Yo quisiera hacer un libro que trastorne a los hombres, que sea como una puerta abierta y que los conduzca donde ellos no habrían jamás consentido llegar, simplemente una puerta enfrentada a la realidad.
Y esto no es un prefacio de un libro como no lo son los poemas que lo jalonan ni la enumeración de todas las furias del malestar.
Esto no es más que un témpano mal tragado.
El ombligo de los limbos - Antonin Artaud
PD: Esta va por Monsieur Gantus, estamos en ello... Marranos del mundo unios... y si, el de la foto es el bueno de Artaud.
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05 diciembre 2007
Llamadme Holdem, Richard Holdem (3)
Un jueves mas abordamos la intensa vida del inclito tahur. En este programa se desvela el gran cambio que provoco la ruptura de Richard Holdem con su familia y con el pueblo de Braintree. Como decia el duelista condenado de Pushkin: "Procedamos si es su voluntad".
El futuro de Richard Holdem parecia perfectamente encaminado hacia el exito. Su madre tenia claro que Richard llegaria a la presidencia de los Estados Unidos de America, pero no siempre todo sigue el camino esperado. Una tarde de invierno, cuando Holdem contaba con 14 años su profesor de piano decidio guiar a sus tres pupilos haciaa otras actividades musicales, entonces les presento a Senia Russakoff.
Senia era un tipo alto y corpulento, un judio ruso y anarquista que aun conservaba su fuerte acento. Vivia en el hotel de Braintree, en una habitacion individual que usaba para dar clases individuales de claque. Richard era un jovencito influenciable, asi que bastaron unos tragos de vodka y unas demostraciones de danza rusa, especialmente las famosas patadas prisyadki, para maravillarle. Lo que su profesor de piano habia previsto que fuera una introduccion a la danza para sus pupilos fue mucho mas para Richard.
Fascinado por la danza y por Senia, a partes iguales, comenzo a recibir clases de ballet a escondidas. Fueron dos años de visitas a la pequeña habitacion del hotel, alli Richard Holdem se convirtio en un fornido chico de 16 años con la cabeza llena de inquietudes politicas. Especialmente sobre la pareja de anarquistas Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti. Que habian sido ejecutados 20 años antes por un atraco sucedido a escasas manzanas de la casa de la familia Holdem. Senia le presto libros de Bakunin y le llevo a varias reuniones de circulos anarquistas. Richard mantenia su interes por la danza y la politica ocultos, pero cada vez le costaba mas encubrirlo y sus comentarios empezaban a dificultar las relaciones con sus padres.
Especialmente recordado en las biografias de Holdem es la celebracion de un acto de hermanamiento entre la familia Holdem y la familia Thayer. Como recordaran del primer capitulo Richard nacio en la antigua casa familiar de los Thayer, la familia de mas solera de Braintree. Uno de sus destacos miembros fue Webster Thayer, juez que se encargo de amañar en lo posible el juicio de Sacco y Vanzetti para condenarlos a muerte. La familia de Holdem pretendia emparentarse con los Thayer mediante el matrimonio de la joven nieta del juez con Richard. Eso supondria un serio espaldarazo a la futura carrera politica de Richard. Pero el joven anarquista tenia ya otros planes, esa noche tras aparecer ebrio de vodka y orinar discretamente en el ponche de los Thayer, hizo su petate y huyo a Nueva York decidido a ser bailarin. Le acompañaba otro joven pupilo de Senia. Ambos habian ido forjando una amistad, mientras se alejaban cada vez mas de su maestro.
El golpe familiar fue tremendo, mas aun al enterarse por una carta anonima, ciertos biografos antisemitas afirman que fue Senia quien la envio despechado por la perdida de su joven "pupilo", de que su hijo compartia algo mas que amistad con el otro joven discipulo de Senia. Ademas ambos planeaban huir a Rusia para inscribirse en la Imperial Ballet School in St. Petersburg, donde habia estudiado el idolo de Richard: Vaslav Nijinsky. El matrimonio Holdem no pudo resistirlo, su hijo, de futuro presidente de los Estados Unidos de America a bailarin, homosexual y anarquista. Fue sin duda un momento dramatico en la vida de los Holdem.
El jueves que viene seguiremos con la epopeya de Richard Holdem y su rumbo hacia el estrellato de los naipes.
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